jueves, 24 de enero de 2013

"Rivas Sainz", artículo escrito por José Octavio Guevara Rubio, publicado el viernes 11 de enero en el semanario La Verdad. Una breve semblanza de Arturo Rivas Sainz y sobre el trabajo de Pedro Valderrama en torno a la obra de este escritor jalisciense.


Este año 2012, fue un año de grandes cambios en varias áreas de nuestra vida cotidiana; en política, la salida de del PAN del gobierno en muchas entidades; el regreso del PRI después de 12 años de no gobernar. En deportes, la selección de futbol fue el orgullo por conseguir el oro olímpico de Londres. La muerte de ladiva del banda Jenny Rivera, fue el suceso que más sacudió el ambiente artístico. En cultura la partida de dos grandes personajes: Carlos Fuentes y Ernesto de la Peña.
20130114 rivas 4616Mientras unas estrellas se apagan, aparecen otras que brillan igual o con más intensidad; personajes que de una manera u otra han trazado un camino. Tal es el caso de Pedro Valderrama Villanueva, maestro en estudios de literatura mexicana por la Universidad de Guadalajara, becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco, del Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico del Estado de Jalisco, y del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes Jalisco, en dos ocasiones ha colaborado en Tierra AdentroEco. Boletín informativo del Instituto Jalisciense de Antropología e Historia, La Gaceta del CUSur, en el suplemento La Jirafa, El Occidental y El Informador.
Es autor del folleto Arturo Rivas Sainz. Una semblanza (edición de autor, 2005) y de los libros Arturo Rivas Sainz. Crítica: ensayos y reseñas (CECA, 2006), El perímetro de la hoja y Dispersiones. Textos sobre literatura jalisciense (CECA, 2011). Se desempeña actualmente como docente dentro de la Secretaría de Educación Jalisco y en la Preparatoria 7 de la Universidad de Guadalajara, y tengo el honor de considerar mi amigo.
Precisamente, el maestro Pedro Valderrama en su folleto Arturo Rivas Sainz. Una semblanza, nos presenta un material muy rico en la trayectoria del personaje que un 05 de enero, partió al mas allá en el año 1985.
Arturo Rivas Sainz, se desempeñó como docente en las materias de lingüística y literatura. Hombre de amplísima cultura, que se dedicó por auténtica afición a las letras. También impartió cátedras de latín, teoría, análisis y estilística literaria, e historia del arte, entre otras en la Escuela Normal de Jalisco y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara.
Fundó y dirigió revistas culturales, en muchas de las cuales está dispersa aun parte de su interesante producción. Cuando enseñaba la materia de Derecho Obrero en la Facultad Obrera de Guadalajara, sus notas de estudios fueron editadas: Derecho del Trabajo, constituyendo ésta su primera publicación en 1939. El establecimiento de sus actividades se concentró en la Escuela Preparatoria de Jalisco, Escuela Normal, Facultad de Filosofía y Letras y en la Escuela de Graduados de la Universidad de Guadalajara, fue maestro de lingüística en el ITESO; impartió cursos de verano en la Universidad de Arizona las clases de literatura y español superior. Fue director de la Escuela de Bellas Artes del Departamento de Educación. Se desempeño también como director de la Escuela de Letras y Artes. Fue secretario de la Escuela Preparatoria de Jalisco y director de las revistas literarias Pauta, Eos, Xallixtlico y Summa.
Escribió el interesante ensayo sobre las metáforas de García Lorca titulado Prehodiernia 6 diámetros y 1 secante del círculo poético, en 1940. En ese mismo año dio a conocer su Novela de agua y hojas; Signo, ensueño, etc.; Disección y autopsia del poema, es el título de su ensayo publicado en 1941. Más tarde, en 1942, publicó Literatura, que alcanzó dos ediciones y sirvió como texto en las escuelas. Otro de sus valiosos ensayos son los que hizo sobre López Velarde: El concepto de la zozobra. El Fondo de Cultura Económica publicó una estética poética: La fenomenología de lo poético. En el homenaje a González Martínez, escribió un folleto, Poema de poema. En la separata de la revista Xallixtlico presentó una obra que ha sido muy comentada: Amor, ausencia y celos, (1951) y en 1971 presentó el ensayo Dulcinea, en el que aborda con sorprendente agilidad y en su peculiar estilo la universalidad del Quijote, no como un ente fantástico o idealizado, sino en la dimensión más importante para la humanidad, es decir, enfoca la valoración del caballero de la triste figura en la medida en que se nos presenta como Hombre tanto en su tiempo como a través de épocas, incluyendo la actual Rivas Sáinz escribió: El estilo de Mariano Azuela, y Palabras que se oye (Universidad de Guadalajara, 1980). Fue fundador y director del Ateneo Summa que reúne valiosos elementos para la creación poética y son encauzados y estimulados, el grupo tiene su propio órgano de difusión el cual recibe el mismo nombre.
En cuanto a su estilo, resulta de gran originalidad su manera de jugar con los elementos de la puntuación y con las frases que une para formar una sola palabra para dar más fuerza y realidad a su expresión. Su acertada visión literaria y creatividad, hacen de Arturo Rivas Sáinz un brillante partícipe de la literatura mexicana.

lunes, 24 de septiembre de 2012

"Gabriel Agraz García de Alba: bibliógrafo jalisciense"

                                                     


A la Mtra. Sara Velasco

Al realizar una cuidadosa revisión de los libros destinados a servir como instrumentos para el investigador y para el estudiante de letras —las bibliografías, las hemerografías, los repertorios biográficos e índices de los contenidos de suplementos y revistas culturales— nos damos cuenta de que muchas veces son insuficientes. Esto es particularmente cierto cuando se refiere a las letras jaliscienses permanecer. Aunque académicos como Celia del Palacio Montiel, responsable de un Catálogo de la Hemerografía de Jalisco (1808-1950), editado en 2006; Sara Velasco, autora de los dos tomos de Escritores jaliscienses (1982 y 1985), además de 6 volúmenes del Muestrario de letras de Jalisco, editados entre 2005 y 2007; y Ramiro Villaseñor y Villaseñor, realizador de la Bibliografía General de Jalisco, editada en cinco entregas entre 1957 y 1990, han sido los principales responsables en remediar, al menos en parte, esta situación.
Una figura que aportó valiosos trabajos fue Gabriel Agraz García de Alba, autor de una bibliografía extensa dedicada principalmente a la historia de su estado natal. Una contribución capital de su autoría es la Bibliografía de los escritores de Jalisco (UNAM, tomo I y II, 1980) —una magna obra de doce volúmenes que hasta ahora sólo han visto la luz las letras A y B— que revisa, a lo largo de 859 páginas, la vida y obra de cerca de 480 escritores oriundos de Jalisco. La obra fue realizada durante su estancia en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, entre 1966 y 1982. La vocación de Agraz por la investigación se manifestó desde una edad muy temprana. En una entrevista realizada por Elvia Alaniz Ontiveros, señala: “Empecé a investigar porque quería saber de dónde venía. Y como los individuos forman parte integral de la familia y las familias forman los pueblos, pues hay que empezar de lo particular a lo general. Ésa fue mi formación […] Yo soy autodidacto, yo no tuve oportunidad de cursar la primaria, ningún año. Una tía me enseñó a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir y es todo lo que aprendí. Mi método de investigación es el que me enseñó la vida. Así hago con las investigaciones, busco en todo el archivo y hay veces que un dato lo lleva a uno a muchas partes. A otros archivos y a saber de otros personajes.”
A pesar de que ninguna institución fuera de la UNAM llegó a apoyar la encomiable labor de este escritor para realizar y difundir su trabajo, su vocación por la investigación perduró casi hasta sus últimos días, pues fundó, en 2006, el Archivo y biblioteca de autores y temas jaliscienses, asociación civil cuyo objetivo es recuperar y difundir todo lo que tiene relación con Jalisco.
Agraz, en cuanto a la falta de patrocinios para la realización de sus investigaciones, expresa: “Yo mismo me sorprendo porque yo no tengo ingresos de ninguna naturaleza. Ninguna institución, ni pública ni privada, me ha apoyado en mi labor de investigación, sin embargo, cuando han conocido el acervo que he formado me dicen: ¿Es usted riquillo o tiene mecenas?, les digo que tengo un mecenas que me ha concedido convertir mis sueños en realidad sin tenerlos recursos, yo no me explico cómo, pero él me los ha dado”.
En conclusión, la valiosa Bibliografía de los escritores de Jalisco, esfuerzo mayúsculo por parte de Gabriel Agraz García de Alba, aún inédita en su totalidad después de más de 30 años, se encuentra actualmente archivada en algún lugar entre sus papeles, esperando su rescate y difusión por parte de instituciones como el Gobierno del Estado de Jalisco o la Universidad de Guadalajara, para que estudiosos y alumnos de letras conozcan el manantial literario que emana de esta tierra.

jueves, 20 de septiembre de 2012

"Pedro Valderrama: En busca de la crítica", entrevista publicada en la Gaceta Universitaria, de la Universidad de Guadalajara, realizada por Víctor Manuel Pazarín



                            

Con la percepción de que el crítico literario en Guadalajara es poco atendido, valorado y favorecido por los lectores, Pedro Valderrama ha incursionado en la nada fácil tarea de historiador de las letras recientes de Jalisco; sus libros van hacia esta tendencia: El perímetro de la hoja. Las revistas literarias de Guadalajara (1991-2000) y Dispersiones. Textos sobre literatura jalisciense.
Sobre el tópico, Valderrama responde: “La figura del crítico es poco valorada. Sin embargo, en nuestro estado desde el siglo pasado han aparecido figuras relevantes: en el presente está Emmanuel Carballo, y en el pasado José Luis Martínez, Adalberto Navarro Sánchez, por ejemplo. Algunos nos hemos aventurado en esa tarea”.
Advierte el escritor de Tijuana (1973) y avecindado en Guadalajara desde 1994, que en este momento la crítica juega, en relación a la literatura y las artes en general, “un rol muy importante”. “Considero que es una especie de vocación atender el género de la crítica”.
Las revistas en Guadalajara aparecen y desaparecen como por arte de magia. No obstante, en su estudio Valderrama destaca el espacio que las revistas de los años noventa del siglo pasado dedicaron a la crítica: “casi todas aceptaron reseñas de libros”. Sin dejar de mirar con claridad, Valderrama agrega: “Siempre ha sido un espacio menor dedicado a la crítica en las revistas. Al parecer la vocación de éstas es y ha sido en primer lugar la poesía, luego el cuento y poco hay de ensayo o la reseña”. “Los textos reflexivos han sido la parte minoritaria de las publicaciones, salvo en una excepción, la revista Etcétera, que se enfocó en publicar crítica y estudios literarios…”.
Revistas de los noventas
¿Los escritores crean revistas, o las revistas crean a los escritores?, pregunto y responde Valderrama: “Los escritores fundan las revistas, pero un editor puede al mismo tiempo invitar a escritores y crear a un grupo. Vuelvo al ejemplo de la revista Etcétera, que a pesar de que no fue un grupo conformado allí, en ésta colaboraron una enorme cantidad de escritores invitados; a partir de allí su propuesta, a mi modo de ver, fue muy singular”. Por otra parte: “Hay una tradición de revistas en Guadalajara, sí, pero después de hacer mi investigación descubrí que no existe realmente conocimiento, de parte de los editores, de las revistas previas a su publicación; algunos conocen sus nombres, mas casi nunca tomaron como referencia a las revistas del pasado. Por eso digo que la tradición existe, pero es por inercia que fundaron nuevas publicaciones, todas basadas en una necesidad emergente, por la aparición de nuevos autores”.
Para Pedro Valderrama las mejores revistas aparecidas en los años noventa (del siglo pasado) son Trashumancia (“que rompe con todo lo que se venía realizando en Guadalajara, y de alguna manera detona otras posteriores o contemporáneas a su existencia”); después coloca a El Zahir (“que de algún modo fue una publicación de un grupo determinado”; luego a Soberbia (“en que aparecía una grande nómina de colaboradores y fue rigurosa en cuanto al contenido”), y finalmente a Última (“en la que uno de sus mayores aportes fue rescatar la obra de escritores del pasado de Jalisco”).
“Es complicado definir —dice— los porqués del surgimiento y desaparición de las revistas. El motivo de la aparición de una publicación es dar a conocer a los autores, ofrecer sus materiales; el motivo del porqué ya no se hacen revistas impresas en la actualidad podría adjudicarse al surgimiento de los medios electrónicos. Sin embargo, hay pocas en esta categoría. Quizás es sencillamente debido a que no se ha dado un nuevo ciclo o boom, algo que sí se dio en los años noventa. Como en todo hay épocas y posiblemente los escritores de este momento no han encontrado el motivo real para darle vida y continuidad a la tradición de las revistas literarias”.
Pedro Valderrama urge a estudiar las distintas épocas de las letras jaliscienses en relación a las revistas. “En el pasado hubieron —advierte— revistas más importantes: todo giraba en derredor de las mismas, algo que nunca sucedió con las ediciones del fin del siglo XX, ni su calidad fue igual…”.

sábado, 25 de agosto de 2012

"Arreola por Wolfgang Vogt", reseña publicada en la "Gaceta del CUSur", en marzo de 2008, sobre el libro "La recepción de la cultura europea en el pensamiento de Juan José Arreola" (2006), de Wolfgang Vogt y Lourdes Celina Vázquez Parada


El más reciente título del doctor Wolfgang Vogt, en coautoría con Lourdes Celina Vázquez Parada, resulta un fresco reencuentro con la magistral obra de Juan José Arreola. El libro en cuestión, La recepción de la cultura europea en el pensamiento de Juan José Arreola (2006), está editado por la Universidad de Guadalajara, dentro de la colección Producción Académica de los Miembros del Sistema Nacional de Investigadores.
Wolfgang Vogt es un crítico e investigador de las letras de Jalisco, cuenta con una numerosa bibliografía dedicada al quehacer de la literatura regional. Anteriormente, Vogt había publicado un texto sobre otro escritor coetáneo de Arreola: Juan Rulfo y el Sur de Jalisco (1994), libro que está emparentado con el trabajo que ahora nos ocupa, pues los dos se adentran en las lecturas que ambos escritores realizaron e influyeron de manera significativa en sus obras.
La recepción… reúne impresiones del investigador alrededor del libro de entrevistas, realizadas entre 1983 y 1991, Los apuntes de Arreola en Zapotlán (2004), de otro escritor oriundo de Zapotlán El Grande, Vicente Preciado Zacarías, en donde “Juan José Arreola se presenta como un erudito profesor de literatura poseedor de una vasta cultura general, y comenta a su amigo Vicente Preciado acerca de autores y obras que para él fueron fundamentales en el desarrollo de su narrativa y pensamiento.”
La recepción… contiene ocho textos unidos a partir de la lectura del libro de Preciado Zacarías. Algunos de éstos son: “Los Apuntes de Arreola en Zapotlán, de Vicente Preciado Zacarías”, “Juan José Arreola y Juan Rulfo”, “La recepción de la obra de Arreola en Alemania”, “Los poetas preferidos de Juan José Arreola” y “La recepción de la literatura europea en la obra de Juan José Arreola”.
En “La recepción de la obra de Arreola en Alemania”, Vogt nos informa sobre el recibimiento que ha tenido la obra del escritor jalisciense en el país teutón. A través de estas páginas nos damos cuenta de la importancia que representan las breves obras de Arreola, no sólo para nuestra cultura, sino también para lectores de otras latitudes, donde ha sido comparado con otros famosos narradores latinoamericanos como Jorge Luis Borges.
En otro ensayo, da cuenta de los poetas preferidos de Arreola: Pablo Neruda, Enrique González Martínez, Carlos Pellicer y, por supuesto, Ramón López Velarde quien ocupa un lugar especial entre los favoritos del creador de Confabulario. Sin embargo, cuando se trata de la poesía vanguardista, como la del chileno Vicente Huidobro y del peruano César Vallejo, siente cierta aversión; igual sucede con la escritura de Octavio Paz. Arreola señala: “Octavio Paz es un poeta frío, no tiene inspiración. Le creyó a Paul Valéry que basta con la inteligencia para hacer poesía. La diferencia está en que Valéry aplicó la inteligencia a la inspiración”. Otro capítulo que destaca es el curioso apartado “Juan José Arreola el enólogo”, donde el investigador nos muestra y el conocimiento que el autor de La Feria poseyó desde su juventud de los buenos vinos.
La recepción… es, pues, una breve muestra del universo de Arreola. Resulta asimismo placentero conocer las lecturas que realizó en su juventud y posteriormente sirvieron como base para la edificación de sus obras maestras.

"Nostalgias", poemario de Berónica Palacios Rojas. Reseña publicado en el periódico "El Heraldo", de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el viernes 9 de julio de 2004



La poesía en Jalisco, durante el siglo xx, fue, sin lugar a dudas, un terreno cultivado y dominado por los homnres (1). Durante este periodo destacan: Raúl Bañuelos, Ricardo Castillo, Jorge Esquinca, Ernesto Flores, Elías Nandino, Adalberto Navarro Sánchez, Miguel Rodríguez Puga y Ricardo Yáñez, entre muchos otros. También, por supuesto, hubo escritoras que incursionaron, algunas con más exito que otras, en este género. Resaltan: Paula Alcocerm Eva Guerra, Maria Luisa Hidalgo, Rebeca Uribe, Olivia Zúñiga, y, más recietemente, María Luisa Burillo, Lavinia Cuevas, Patricia Medina, Hilda Morán y Guadalupe Morfín, entre otras.
A finales de la década de los noventa del siglo pasado en Guadalajara, y a principios de ésta, el panorama, al menos en apariencia, empieza a transformarse pausadamente. Una nueva generación de poetisas de la localidad comienza a surgir y a participar activamente en lecturas de poemas, presentaciones de libros, suplementos culturales y revistas literarias (2), y además, logran, en algunos casos, publicar en editoriales de la ciudad de México (3). Los nombres: Guadalupe Ángeles, Luz Balam, Silvia Eugenia Castillero, Adriana Díaz Encisco, Rosalva García Coral, Carla Gómez Jones, Mónica Nepote, Érika Ramírez Diez, Karla Sandomingo, Laura Solorzano, Patricia Velasco y Carmen Villoro.
Existen ciertos vínculos temáticos entre los trabajos de algunas de las poetisas de Guadalajara. Caso concreto es el de Berónica Palacios Rojas (Chapala, 1973), cuyos poemas tienen cierta afinidad temática con los textos de escritoras como Patricia Medina y Lavinia Cuevas. Respecto a esta última poetisa, Wolfgang Vogt expresa: "Muchos de los versos están llenos de dulzura modernista, pero cuando empieza hablar de problemas de la mujer como la menstruación, su lenguaje se vuelve más personal, genuino y creativo"(4).
Berónica Palacios Rojas, egresada de la licenciatura en letras hispánicas de la Universidad de Guadalajara, publicó, en edición de autor, en 2003, su primer plaquette de poemas Nostalgias, y posteriormente, ese mismo año, Herencias, también en edición de autor. Anteriormente, sus creaciones habían aparecido en el suplemento cultural del periódico El Informador y en revistas como La llama ardiente, Arsbélico, Humanidades, Humanidades (del CUCSH), La llama ardiente, Orfeo, Rémora y Reverso, entre otras.
Nostalgias, de a penas catorce páginas, contiene poemas de tono feminista y desenfadado. Sus tópicos son: el erotismo, el desamor y la soledad, principalmente. Su lenguaje podemos emparentarlo incluso con el de algunos poetas locales como: Raúl Bañuelos, Ricardo Castillo, Pedro Goché, Gustavo Adlofo Hernández (Pato), Ricardo Yáñez y Alejandro Zapa, por ejemplo; fenómeno insólito si consideramos que la mayor parte de las poetas de su generación, y no se diga las anteriores, apuestan por una expresión más depurada y delicada. Por ejemplo, en "Debería pero no", escribe: "Uno debería aprovechar la poesía/para hablar mal de la familia./Ser feminista, burlarse un poco/de Narciso y de Edipo./Destrozar con ironías a los hombres:/El que se quizo pasar de listo". Y en "El dolor", confesa: "Y vivo embriagada de secreciones que siempre florecen./La mera neta,/es que siento piquetes de nostalgias/pero no en el pecho o en el corazón/sino en la panza".

La presencia del erotismo, como ya mencionamos, es una constante en la poesía de Berónica Palacios Rojas. En "Ya no más", expresa: "La oreja no quiere saber de ti./Ya se enfadó de mordiscos y enfadosos suspiros./La mano se cansó de tocar tu pequeña hombría./Y la boca sedienta de tu sexo/ya se asqueó de besar un rostro invisible/de ojos ausentes./Ya no más quiero ver tu sexo/se retira complacido llevándose en la memoria/olores de mis adentros./La lengua sedienta baja por el río de tu cuerpo/quiere beber el agua de tu sexo embriagado de silencio".
Se percibe en los versos de Nostalgias una búsqueda por una reivindicación de la mujer desamparada, víctima de los excesos masculinos y su machismo. Los textos de Berónica Palacios Rojas provienen, seguramente, de la experiencia, por eso su expresión es concreta y, en ocasiones, arriesgada. Predomina lo antisolemne y lo oralidad en sus escritos, debido a su deseo por comunicar con sencillez su mensaje. Berónica Palacios es una escritora que busca desde las entrañas el motivo de su poesía.
Notas:
1. En Flor de poesía en Guadalajara (Ayuntamiento de Guadalajara, 1988) de Jesús Rodríguez Gurrola, aparecen 39 poetas, y nueve son mujeres. En Poesía reciente de Jalisco (Universidad de Guadalajara, 1989), realizado por Raúl Aceves, Raúl Bañuelos y Dante Medina, incluyen 73 escritores, y nueve son mujeres. En Tiro al blanco. Poesía reciente de Guadalajara (Ediciones Arlequín, 1998) de Jorge Orendaín, Felipe Ponce y Alejandro Zapa, incluyen el trabajo de 45 poetas, y ocho son mujeres. En la antología Recuento de poetas (La casa del mago, 2001) de Hermenegildo Olguín Reza, se incluyen 40 escritores, y sólo cuatro son mujeres. 
2. Carmen Villoro y Karla Sandomingo, a partir de agosto de 2002, encabezaron la revista cultural Tragaluz cuyo equipo editorial es exclusivamente femenino. Silvia Eugenia Castillero, poeta reconocida, actualmente dirige la revista literaria Luvina de la Universidad de Guadalajara.
3. Luz Balam es anologada en Ellas, voces y poemas (Artes de México, 1996). Raquel González publicó La noche en el alba (UNAM, 1999), Mónica Nepote y Rosalva García Coral están incluidas en la antología El manantial latente (CONACULTA, 2002), preparada por Ernesto Lumbreras y Hernán Bravo Varela. Silvia Eugenia Castillero editó en la ciudad de México Zooliloquios (CONACULTA, 2003).
4. "La literatura jalisciense desde 1940 hasta nuestros días" en Mosaico jalisciense (Colegio de Jalisco, 1999).

"Letras jaliscienses", artículo publicado en la Gaceta del CUSur, en la edición correspondiente al mes de julio de 2012, sobre el libro "Selecciones literarias y bosquejos bibliográficos de autores jaliscienses", de J. Trinidad Núñez Guzmán


En 2007, con la celebración del 50 aniversario de la Licenciatura en Letras Hispánicas de la Universidad de Guadalajara, se gestó una nueva página de su historia, pues el CUSur se convirtió en el segundo centro universitario en ofrecer esta licenciatura.
Uno de los primeros esfuerzos de esta licenciatura fue la edición del libro Selecciones literarias y bosquejos bibliográficos de autores jaliscienses de J. Trinidad Núñez Guzmán. Vicente Preciado Zacarías, yerno del autor y responsable de difundir este trabajo, señala en la introducción: "Esta obra es un rescate. Un rescate del olvido y la postergación involuntarios. Como un respeto al autor, se publica tal y como la dejó en su escritorio poco antes de morir. Las datas y los datos correspondientes a los autores y sus obras se podrán poner al día por parte de los alumnos como un ejercicio de lectura".
Curiosamente, pareciera que Preciado Zacarías, aun antes de que iniciara la carrera, les estuviera designando a los alumnos una tarea, o mejor dicho: marcándoles un posible camino. Gabriel Zaid, a propósito de este cometido, escribe: "Algunas de las muchas licenciaturas de letras […] deberían orientarse a la formación de curadores de libros para el mundo editorial: preparar ediciones, hacer solapas, catálogos, reseñas, entradas descriptivas para una enciclopedia, preparar índices, bibliografías, catálogos históricos de editoriales antiguas o desaparecidas, ediciones críticas".
Este volumen, además de presentar "fichas bibliográficas que no registran otras antologías", es un antecedente directo del ambicioso Escritores jaliscienses de Sara Velasco, pues ambos nos presentan panoramas amplios del quehacer literario en Jalisco a lo largo de los siglos XIX y XX. Mientras el trabajo de Velasco registra más de 300 escritores, el de Núñez Guzmán alrededor de 100, ya que el autor no pretende: "haber hecho acopio general de autores, pero sí se encontrará la mayoría de los consagrados por la crítica, la opinión de los lectores, los jurados del Premio Jalisco". Según el autor este proyecto nace originalmente como "un libro especial de lectura suplementaria para que fuera utilizado por los alumnos del tercer ciclo de las escuelas primarias, y tal vez, que pudiera ser un auxilio informativo en los grupos de post-primaria que ya ensayan el asomo al arte literario". Sin embargo, este noble propósito se vuelve en algo más trascendental: en una herramienta útil, al igual que el trabajo de Velasco, para todo aquel interesado (como estudiantes de preparatoria y de letras) en familiarizarse con la obra de escritores con mayor renombre de la entidad.
El autor de Selecciones literarias y bosquejos bibliográficos de autores jaliscienses nació en La Estanzuela, Zacatecas, en 1905. Estudió en la Escuela Normal de Jalisco, en donde se desempeñó como catedrático. Obtuvo el Premio Jalisco en 1965. Algunas de sus obras son: Tierra escondida (1935), Mi infancia en la revolución (1958), Cuando el padre de la patria estuvo en Jalisco (1960), Bibliografía de don Manuel López Cotilla (1965) e Historia de la educación en Jalisco (1994), entre otras. Núñez Guzmán muere en Guadalajara, en 1970.
Debido a la falta de espacio no citaremos aquí todos los autores incluidos en la presente antología, pero sí mencionaremos algunos, entre poetas, narradores y ensayistas, propios del sur de nuestro estado. Del siglo XIX encontramos a Refugio Barragán de Toscano, Arcadio Zúñiga, José Gómez Ugarte, Salvador Escudero y Basilio Vadillo. Del XX hallamos, entre otros, a Guillermo Jiménez, Manuel J. Aguirre, Raúl Quintero, Ma. Natividad González Torres, Cipriano Campos Alatorre, Carlos Enrique Villaseñor, María Cristina Pérez Vizcaíno y Roberto Espinoza Guzmán, junto a otros cuyos nombres están escritos en letras de oro dentro de la historia de la literatura mexicana, como Juan José Arreola, José Luis Martínez y Juan Rulfo.
En síntesis, Selecciones literarias y bosquejos bibliográficos de autores jaliscienses es una invitación a reencontrarse con los clásicos de las letras jaliscienses, o bien a hacer ese primer contacto, en cualquiera de los casos este libro resulta, sin duda, un acierto editorial del el CUSur.

sábado, 28 de julio de 2012

"Una serpiente en las viejas letras de Jalisco", reseña del libro "Dispersiones. Textos sobre literatura jalisciense", escrita por Jorge Souza, y publicada en el periódico "Milenio", el día jueves 26 de julio de 2012

Para entender mejor quiénes somos es necesario ahondar en el pasado y redescubrirlo desde la perspectiva del presente; hurgar entre los pasadizos empolvados de la memoria para encontrar las huellas, los vestigios, los restos, que nos expliquen lo que ahora somos; mirar hacia el origen, no con la fascinación inquietante de la Mujer de Lot, sino con la cordura de quien va en busca de su raíz. La idea, de cualquier forma, es entender mejor nuestro presente; es decir: nuestra presencia en el horizonte abierto del mundo.
En este contexto entiendo el trabajo que realizan en Guadalajara algunos investigadores que, con la nariz metida entre libros vetustos y antiguas bibliotecas, poco a poco rescatan, para nosotros, capítulos, biografías y libros de autores jaliscienses ya olvidados, pero que con sus letras aportaron a la construcción de nuestra identidad y, por extensión, de la mexicana, porque –bien lo sabemos— la imagen de lo jalisciense representa a la nación entera.
Ernesto Flores, Sara Velasco, Magdalena González Casillas, Raúl Aceves, Silvia Quezada, Pedro Valderrama y Luis Alberto Navarro, entre otros, recuperan para el registro del presente, las escrituras jaliscienses del pasado. Redescubren y exponen a la luz vidas y andanzas de autores locales, por ejemplo, del siglo XIX; o recuperan ejemplares de revistas añosas y los analizan para entregarnos resúmenes o datos de indudable valía.
Uno de los últimos aportes a este rubro lo constituye el libro Dispersiones. Textos sobre la literatura jalisciense, de Pedro Valderrama, un joven investigador que ha dedicado largas y pacientes horas a esculcar en revistas y libros de la literatura de hace un siglo para traer de nuevo hasta nosotros algunas hebras ya perdidas del tejido riquísimo de las letras de Jalisco.
El libro reúne siete ensayos de tono muy distinto. Desde los que se refieren a revistas legendarias como Et Caetera de Adalberto Navarro Sánchez, Cóatl de Ernesto Flores u Occidente que dirigió Agustín Yáñez, hasta una aproximación de la obra del aún joven poeta Alejandro Zapa. Todos los ensayos aportan su granito de arena a la recuperación y/o al registro de las letras jaliscienses. No obstante, el que se refiere a la revista Cóatl me parece particularmente importante porque muestra, a partir del registro de sus índices, el panorama literario que prevalecía en Guadalajara entre los años 1963 y 1968; es decir, la obra de toda una generación.
Bajo la batuta del maestro Ernesto Flores, Cóatl reunió a destacados autores locales como Luis Sandoval Godoy, Augusto Orea Marín, Ignacio Arriola, Donato Ruiz, Ernesto Ramos Meza y Víctor Hugo Lomelí, con voces que ya brillaban en las letras nacionales, como Homero Aridjis, Hugo Gutiérrez Vega, Helena Garro y José Emilio Pacheco, además de pintores y músicos locales, entonces jóvenes. A veces, la identidad se recupera parcialmente a través de las huellas del pasado. Este es el caso. Cóatl refleja el movimiento cultural de Jalisco en los sesenta y una parte de la imagen de aquella Guadalajara culta y hermosa y, por fortuna, nunca totalmente perdida.