sábado, 28 de julio de 2012

"Una serpiente en las viejas letras de Jalisco", reseña del libro "Dispersiones. Textos sobre literatura jalisciense", escrita por Jorge Souza, y publicada en el periódico "Milenio", el día jueves 26 de julio de 2012

Para entender mejor quiénes somos es necesario ahondar en el pasado y redescubrirlo desde la perspectiva del presente; hurgar entre los pasadizos empolvados de la memoria para encontrar las huellas, los vestigios, los restos, que nos expliquen lo que ahora somos; mirar hacia el origen, no con la fascinación inquietante de la Mujer de Lot, sino con la cordura de quien va en busca de su raíz. La idea, de cualquier forma, es entender mejor nuestro presente; es decir: nuestra presencia en el horizonte abierto del mundo.
En este contexto entiendo el trabajo que realizan en Guadalajara algunos investigadores que, con la nariz metida entre libros vetustos y antiguas bibliotecas, poco a poco rescatan, para nosotros, capítulos, biografías y libros de autores jaliscienses ya olvidados, pero que con sus letras aportaron a la construcción de nuestra identidad y, por extensión, de la mexicana, porque –bien lo sabemos— la imagen de lo jalisciense representa a la nación entera.
Ernesto Flores, Sara Velasco, Magdalena González Casillas, Raúl Aceves, Silvia Quezada, Pedro Valderrama y Luis Alberto Navarro, entre otros, recuperan para el registro del presente, las escrituras jaliscienses del pasado. Redescubren y exponen a la luz vidas y andanzas de autores locales, por ejemplo, del siglo XIX; o recuperan ejemplares de revistas añosas y los analizan para entregarnos resúmenes o datos de indudable valía.
Uno de los últimos aportes a este rubro lo constituye el libro Dispersiones. Textos sobre la literatura jalisciense, de Pedro Valderrama, un joven investigador que ha dedicado largas y pacientes horas a esculcar en revistas y libros de la literatura de hace un siglo para traer de nuevo hasta nosotros algunas hebras ya perdidas del tejido riquísimo de las letras de Jalisco.
El libro reúne siete ensayos de tono muy distinto. Desde los que se refieren a revistas legendarias como Et Caetera de Adalberto Navarro Sánchez, Cóatl de Ernesto Flores u Occidente que dirigió Agustín Yáñez, hasta una aproximación de la obra del aún joven poeta Alejandro Zapa. Todos los ensayos aportan su granito de arena a la recuperación y/o al registro de las letras jaliscienses. No obstante, el que se refiere a la revista Cóatl me parece particularmente importante porque muestra, a partir del registro de sus índices, el panorama literario que prevalecía en Guadalajara entre los años 1963 y 1968; es decir, la obra de toda una generación.
Bajo la batuta del maestro Ernesto Flores, Cóatl reunió a destacados autores locales como Luis Sandoval Godoy, Augusto Orea Marín, Ignacio Arriola, Donato Ruiz, Ernesto Ramos Meza y Víctor Hugo Lomelí, con voces que ya brillaban en las letras nacionales, como Homero Aridjis, Hugo Gutiérrez Vega, Helena Garro y José Emilio Pacheco, además de pintores y músicos locales, entonces jóvenes. A veces, la identidad se recupera parcialmente a través de las huellas del pasado. Este es el caso. Cóatl refleja el movimiento cultural de Jalisco en los sesenta y una parte de la imagen de aquella Guadalajara culta y hermosa y, por fortuna, nunca totalmente perdida.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Consulta este mes La Gaceta del CUSur (de la Universidad de Guadalajara) para leer el artículo "Pan de Alatorre, Arreola y Rulfo", escrito por Pedro Valderrama Villnueva



Pan de Alatorre, Arreola y Rulfo

Para Mar Pérez

Lo que aparentemente inició como una simple aventura editorial iniciada por un grupo compacto de jóvenes se cristalizó en una de las odiseas más enigmáticas y, hasta ahora, menos exploradas dentro de las letras mexicanas del siglo pasado. La breve, pero sustanciosa, revista Pan (1945-1946), menospreciada, o mejor dicho minimizada, por parte de sus fundadores y la crítica literaria, reunió, como sabemos, dos de las plumas más singulares de la literatura hispanoamericana: Juan José Arreola (1918-2001) y Juan Rulfo (1917-1986), además del filólogo autlense Antonio Alatorre (1922-1910), motivo por el cual, nos atreveríamos a afirmar, es hoy en día recordada esta publicación periódica.
            Pan, cuyo tiraje no rebasó los 100 ejemplares, se editó en la “somnolienta ciudad provinciana” de Guadalajara, fue una revista antológica, ya que prácticamente todo su contenido ahora se encuentra recopilado en diversos libros de los mismos colaboradores. En ella no hubo espacio para el despilfarro. Hallamos en cada página un texto que encontró la manera de salvaguardarse para su posterioridad.
            Alberto Vital, acucioso investigador de la obra de Juan Rulfo, revela que en Pan, y otras revistas contemporáneas, como la publicación capitalina América, se “resumían tres de las tendencias más importantes de los proyectos ideológicos y político-culturales de México en los años cuarenta: 1) la búsqueda de espacios para las expresiones estéticas, como una defensa tácita y práctica de la autonomía del arte, desde la cual Rulfo escribió; 2) la cultura católica no dogmática ni restrictiva, distante ya del radicalismo cristero, pese a la admiración nostálgica de [Efraín] González Luna; y 3) sobre todo un americanismo emergente que llegaría puntos culminantes en las obras de pensamiento emprendidas por Alfonso Reyes en esos años, así como en la páginas de jorge Luis Borges” (Noticias sobre Juan Rulfo, UNAM, p. 111 ).
            Hay que señalar que tanto Eos (1943), revista editada por Arturo Rivas Sainz (auténtico impulsor de las letras en Guadalajara durante dicha época) y Juan José Arreola, como Pan, de acuerdo con el crítico Oscar Mata: “fueron modestas, provincianas; pero dignas y muy bien hechas: difícilmente se les encuentra una errata” (Arreola maestro editor, Ediciones Sin Nombre, p. 10).
            Eos, según Arreola, fue una revista reservada para los amigos, en la cual sólo publicaron 18 autores. Mata, una vez más, al referirse a estas dos publicaciones, explica: “Huelga decir que su importancia reside en que ahí se inició Juan José Arreola como editor y que en las páginas de esas revistas se encuentran los pininos del propio Arreola, así como los de Rulfo y Alatorre, amén a las colaboraciones de [Agustín] Yáñez y [Alí] Chumacero” (idem, p. 11). Además Pan contó entre sus colaboradores con algunos de los editores, de libros y revistas, más importantes de la segunda mitad del siglo pasado en México: Arreola, Chumacero y Adalberto Navarro Sánchez.
            Los selectos participantes de Pan son: Antonio Alatorre, Alfonso de Alba, Juan José Arreola, José Arriola Adame, Edmundo Báez, Alí Chumacero, Adalberto Navarro Sánchez (quien además dirige la entrega 7, la última), Luis Noyola Vázquez, Arturo Rivas Sainz, Miguel Rodríguez Puga, Juan Rulfo y Ricardo Serrano. Sin embargo, más allá de inventarios, debemos reflexionar en la dinámica que rigió la revista, puesto que Pan no surgió alrededor de cualquier círculo de escritores noveles, sino dentro de una agrupación con lecturas avanzadas y cierta experiencia dentro de las letras; recordemos que Arreola adquirió práctica en Eos, mientras Rulfo en América, de la Ciudad de México; además Pan contó con el respaldo incondicional de Efraín González Luna y Arturo Rivas Sainz, dos hombres de letras con cierto renombre y experiencia dentro del mundo de las letras.
Volver, pues, a las páginas de Pan es una invitación al pasado memorioso de las letras de Jalisco, es reencontrarnos con una pulcra y bien hecha publicación periódica editada por tres destacados escritores del sur de Jalisco. 


lunes, 23 de abril de 2012

Algunas imágenes de la presentación del libro "Dispersiones. Textos sobre literatura jalisciense" dentro del programa de Miércoles literarios, llevado a cabo el pasado 18 de abril, y el discurso leído por el autor durante el evento. Fotos por A. Krile.




En la mesa nos acompañaron durante la presentación Aaron Krile, el autor, Artemio González García, Raúl Aceves y Jorge Souza (de izquiera a derecha)








                                                                             





 

          











DISCURSO LEÍDO POR EL AUTOR

Sin duda, la aparición de un libro nuevo dentro del medio literario es siempre ocasión de regocijo, no obstante demasiadas veces es, más bien, sinónimo de poco o nula difusión por parte de los periódicos, los suplementos culturales (si es que los hay), los libreros y los pocos lectores; los motivos: demasiados para enumerar en este momento. Pero además hay un punto aún más importante: el poco conocimiento de estas novedades por parte de los académicos, muchos de ellos dentro de nuestra propia universidad y, en general, de los escritores del medio literario local. A lo largo de los años, dialogando con algunos de éstos, no sorprende que ellos también tengan esta misma impresión. Pareciera que los escritores siguen o seguimos esa frase que reza: “si me lees te leo”, es decir: la difusión de una obra está supeditada a las relaciones que el autor pueda mantener con ciertas figuras del medio cultural. No sorprende en realidad esta situación, pues desde hace muchos años se lleva a cabo esta práctica por muchos en Guadalajara…mas no la justifica, en mi opinión.
Todo esto, que ahora menciono, viene a colación, pues lo que justo motivó el trabajo que hoy estamos presentando, es precisamente éste: qué tanto sabemos de los escritores jaliscienses que han dedicado humildemente años, algunos hasta buena parte de su vida, al conocimiento y difusión de la obra de otros, ya sea como críticos, bibliógrafos, editores o historiadores. Tema que de alguna manera ha sido también el motor de mi trabajo como investigador, a través de artículos y los distintos títulos que hemos venido publicando a lo largo de los últimos años.
Los nombre incluidos en el presente volumen, desde luego, no son todos los que se han dedicado a esta loable labor, eso llevaría al menos un par de volúmenes más (dicho sea de paso, proyecto al cual actualmente estoy avocado, bajo la forma de una Historia de la investigación literaria en Jalisco). Algunas figuras, pues, que también merecen revisiones más extensas son, entre varios más, Magdalena González Casillas, Wolfgang Vogt, Artemio González García, Ramiro Villaseñor y Villaseñor, Alfonso de Alba, Roberto Padilla Uribe, Raúl Aceves, Celia del Palacio y Federico Munguía Cárdenas.
En el presente libro los estudiosos que abordamos son: Adalberto Navarro Sánchez, Ernesto Flores, Sara Velasco, Silvia Quezada y el editor Víctor Manuel Pazarín, además de una breve entrevista con el poeta Alejandro Zapa.
Cada uno de estos textos breves, además de contener algunos datos relevantes sobre la obra de cada una de ellos, son más bien modestos homenajes a estos escritores. 
Adentrándonos un poco en el origen de este trabajo, debo mencionar que estos artículos fueron originalmente escritos en diferentes momentos, entre 2004 y 2008, y publicados en los suplementos culturales, por desgracia hoy en día desaparecidos, El Tapatío Cultural de El Informador y La Cultura en Occidente de El Occidental, gracias a la apertura que me ofreció en sus páginas don José Luis Meza Inda y Luis Medina Gutiérrez, respectivamente.
Debo confesar que para que este trabajo viera la luz tuvieron que pasar varios años, pues concursé en tres ocasiones anteriores por la beca, que finalmente en 2011 se me otorgó, para la edición de este libro.
Cada una de las partes que conforma este libro, intenta trazar una perfil fidedigno de la trayectoria de cada uno de las personalidades abordadas en cuanto a su trayectoria como académicos y editores. Salvo en el caso de Alejandro Zapa, notable poeta contemporáneo.
Por ejemplo, cuando hablamos sobre Adalberto Navarro Sánchez es indispensable hacer referencia  a su revista más longeva y emblemática: Et Caetera; una publicación hoy en día muy subestimada y casi, me atrevo a decir, en el olvido, incluso por los propios académicos de nuestra universidad, pues Et Caetera fue casi la revista insigne de la Facultad de Filosofía y Letras, ya que ésta es una revista académica y consagrada a los estudios de distintos temas.
En referencia a Ernesto Flores, paciente y minucioso estudioso de la poesía en Jalisco, es también un destacado fundador de revistas literarias, una de ellas siendo Cóatl, y por ello se incluyó al final del ese artículo de este libro un índice cronológico de ésta.    
 En el texto referente a Sara Velasco puedo destacar que se incluye un entrevista, donde la investigadora comparte algunas ideas alrededor de lo que ha sido el desarrollo de las publicaciones periódicas en nuestra ciudad.
Enseguida tenemos el artículo dedicado a Silvia Quezada, el cual es un recorrido por su obra como investigadora, quien es, me atrevería a decir, nuestra más puntual cronista de la actividad literaria en Guadalajara.
También abordo brevemente el trabajo de Agustín Yáñez frente la revista cultural de la década de los cuarentas Occidente y Ediciones  Occidente, empresas que poco o nada se ha escrito.
Una de las actividades más importantes Víctor Manuel Pazarín ha sido su labor como editor como revistas como Soberbia y Éxodos, y de la editorial Mala Estrella. Aquí lo que realizo es una relación del trabajo que Pazarín desarrolló en dicho sello y sus diferentes colecciones.
En conclusión, tengo la esperanza que el presente trabajo auxilie de alguna manera a estudiantes de letras y a lectores, en general, e iniciarlos en la obra de algunos escritores que también merecen una mirada.



viernes, 20 de abril de 2012

"Miércoles literarios. Protagonizan libro varios escritores jaliscienses", por Miriam Pulido. Artículo publicado el 18 de abril en el periódico Milenio.

Dispersiones. Textos sobre literatura jalisciense es el nombre del libro que se presenta esta noche en el Ex Convento del Carmen, el cual rememora el trabajo de siete literatos del estado escrito por Pedro Valderrama.
En una reunión de artículos, entrevistas e investigaciones, sobre Adalberto Navarro Sánchez, Ernesto Flores, Sara Velasco, Agustín Yáñez, Alejandro Zapa y Víctor Manuel Pazarín, el escritor busca “rescatar y difundir los trabajos de estos autores, puesto que no se han difundido de la manera como debería de ser”, comentó. Por lo que muestra un perfil diferente de cada uno de los literatos jaliscienses, por ejemplo su trayectoria como investigadores, académicos y editores de algún medio de comunicación.

“Cuando hablamos de Ernesto Flores hablamos siempre de su poesía y yo aquí hablo sobre su revista [Cóatl] y como investigador; cuando se habla de Adalberto Navarro Sánchez también se habla sobre su poesía, pero no se habla sobre su revista Et Caetera”, agregó Valderrama, en el caso de Austín Yáñez no se aborda su persona, está enfocado al tiempo en el que fue editor de una revista y también estuvo al frente de una editorial que se llamó Ediciones Occidente y nadie ha hablado sobre esta etapa”, puntualizó.
Su trabajo, en concreto, en el libro Dispersiones es la difusión de otros investigadores.
El libro surgió a partir de una serie de artículos que durante 2004 y 2008 publicó Pedro Valderrama en periódicos locales [El Informador y El Occidental], sin la intención de crear un libro. Becado por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECA) en la edición 2011-2012, del texto salieron mil ejemplares en diciembre pasado pero comenzará su venta a partir de esta noche. Posteriormente la publicación se podrá adquirir en 25 pesos, en la librería Cervantes y Mariano Azuela [e Ítaca].
La presentación estará a cargo de Artemio González García [, Raúl Aceves] y Aaron Krile.
Pedro Valderrama ha escrito anteriormente Crítica: ensayos y reseñas en 2006, que también fue gracias a una beca del CECA, el cual es una antología de la obra de Arturo Rivas Sainz y El perímetro de la hoja. Las revistas literarias de Guadalajara (1991-2000) que salió en 2007.  

sábado, 3 de marzo de 2012

MIÉRCOLES 18 DE ABRIL, DENTRO DEL PROGRAMA MIÉRCOLES LITRARIOS, SE LLEVARÁ ACABO LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "DISPERSIONES. TEXTOS SOBRE LITERATURA JALISCIENSE" (CECA, 2011), DE PEDRO VALDERRAMA VILLANUEVA. ACOMPÁÑANOS

Se les extiende una cordial invitación para que nos acopañe a la presentación del más reciente título de Pedro Valderrama Villanueva que se llevará a cabo el miércoles 18 de abril de 2012, a las 20:30 hrs., dentro de marco de los Miércoles Literarios, en la Capilla Elías Nandino del ExConvento del Carmen, ubicado sobre Avenida Juárez #638, Centro Histórico de Guadalajara, Jalisco.
                                       
La presentación estará a cargo de Artemio González García, Raúl Aceves, Aaron Krile Ponce y el autor.

Algunos datos de los presentadores:

Artemio González García (Arandas, Jalisco, 1933) es poeta, narrador, dramaturgo, ensayista y crítico. Autor de más de una docena de libros de diferentes géneros. Ha dirigido numerosos talleres de literatura en Guadalajara. Fue director de Publicaciones de la Secretaría de Cultura de Jalisco. Entre otras distinciones, ha recibido el Premio Jalisco de Literatura, en 2010.


                                            


Raúl Aceves (Guadalajara, Jalisco, 1951) es poeta, narrador y ensayista. Labora como investigador en el Departamento de Estudios Literarios de la Universidad de Guadalajara. Es autor de numersos libros de poesía, aforismos y ensayos, y de antologías sobre poesía.


                                                


Aaron Krile Ponce (Tijuana, Baja California, 1977) es Antropólogo Social por la UAG y fotógrafo. Su trabajo ha sido expuesto en diversos sitios como en el ExConvento del Carmen. Se ha desempeñado en varias instituciones de educación superior en Guadalajara. Es doctorante  en Investigación Educativa Aplicada del ISIDM.


                                                         


Pedro Valderrama Villanueva (Tijuana, Baja California, 1973) es investigador independiente de literatura regional. Es maestro en Estudios de Literatura Mexicana por la Universidad de Guadalajara. Tiene cuatro libros publicados sobre letras jaliscienses. Es profesor en la Universidad de Guadalajara.


                                                         

                                                        Entrada libre. Brindis de honor.
                             Habrá precios especiales en los libros del autor sólo esa noche:
                                      "Dispersiones. Textos sobre literatura jalisciense" $25
                  "El perímetro de la hoja. Las revistas literarias de Guadalajara (1991-2000)" $20
                          La antología "Crítica: ensayos y reseñas, de Arturo Rivas Sainz" $20
                         o llévate los tres libros por sólo $50 (y recibe además un obsequio).
                                                                   

lunes, 5 de diciembre de 2011

Libro más reciente del autor: "Dispersiones. Textos sobre literatura jalisciense" (CECA, 2011). En venta ya en la Librería Retro (interior Plaza Patria, local No. 7) en Ciudad Guzmán, y muy pronto en Guadalajara. Presentación próximamente.



Son pocos los libros en el panorama literario actual de Guadalajara que rescatan el quehacer de escritores jaliscienses; exentando, desde luego, aquellos trabajos dedicados a escritores consagrados como Juan Rulfo o Juan José Arreola, por ejemplo; menos aun son los que se aventuran a explorar la obra de editores e investigadores, como Adalberto Navarro Sánchez, Ernesto Flores, Sara Velasco, Silvia Quezada y Víctor Manuel Pazarín, entre otros.
Ésta es sólo una de las varias aportaciones que se pueden hallar en el presente libro dedicado a la literatura regional que lleva por título Disperiones. Textos sobre literatura jalisciense (CECA, 2011), del ensayista bajacaliforniano, radicado en Guadalajara, Pedro Valderrama Villanueva.
Los textos incluidos en el presente libro son: "Et Caetera: una empresa cultural de Adalberto Navarro Sánchez", "Ernesto Flores y Cóatl (1965-1968)", "La letra y su memoria: la obra de Sara Velasco", "Silvia Quezada: estudiosa de la literatura de Guadalajara", "Agustín Yáñez y una revista olvidada: Occidente", "Hacia una escritura lúdica y rabiosa. Una entrevista con Alejandro Zapa" y "Víctor Manuel Pazarín: editor". Incluye además iconografía de algunas portadas de los libros y revistas abordadas. El diseño editorial fue realizado por Postof. La extensión es de 93 páginas. 

jueves, 10 de noviembre de 2011

Reseña de Gabriel Trujillo Muñoz: "Pedro Valderrama Villanueva: puente literario entre Baja California y Jalisco", publicado en "El Informador" (3 de septiembre de 2006), sobre el libro "Crítica: ensayos y reseñas. Arturo Rivas Sainz" (CECA, 2006)

El ensayista lo mismo que el crítico literario, el historiador de las letras y el biógrafo, tiene como una de sus tareas sustanciales escudriñar en las generaciones anteriores a la suya en búsqueda de espíritus afines a sus afanes escriturales. Cada ensayista indaga en el pasado de su región, país, lengua o cultura, con el propósito de que aquellos que lo precedieron le sirvan como espejo de sus propias investigaciones y propuestas en el campo de la literatura. A veces el reflejo atisbado de otras vidas y otras eras se aproxima a lo que el ensayista, en su propia época, vive o padece, enfrenta o lucha. En otras ocasiones hay un cosmos de diferencia entre el pensamiento de unos y otros, una separación acuciada por cambios ideológicos, estilos de moda o actitudes ante el fenómeno creativo a los contenidos de fondo. El ensayista, en todo caso, puede ver las diferencias y, gracias a la perspectiva que da el tiempo transcurrido, logra valorar lo que sus antecesores en el oficio literario ofrecieron como conciencia del mundo y construcción estilística, como gusto personal o tendencia de la cultura de la que formaron parte.
Tal ha sido la situación con escritores-ensayistas bajacalifornianos que hoy podemos rescatar del olvido para entenderlos a cabalidad, con menos prejuicios y mayor comprensión de sus limitaciones y excelencias. Pienso en autores como José Castanedo, Pedro F. Pérez y Ramírez, Jesús Sansón Flores, Valdemar Jiménez Solís, Rubén Vizcaíno Valencia, Patricio Bayardo, Horst Matthai y, ya más cercanos, Sergio Gómez Montero y Benito Gámez.
Algo parecido le ha pasado a Pedro Valderrama Villanueva, ensayista bajacaliforniano nacido en Tijuana en 1973, pero que vive en Guadalajara, Jalisco, desde 1994. Maestro en estudios de literatura mexicana por la Universidad de Guadalajara, becario del FOECA-Jalisco y colaborador de distintas revistas y suplementos culturales del país, Pedro Valderrama acaba de dar a conocer una antología de textos de Arturo Rivas Sainz, titulada Crítica: ensayos y reseñas (Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, 2006), donde nuestro autor reúne una parte significativa de este maestro-jalisciense. Arturo Rivas Sainz (1905-1985) nació en Arandas, Jalisco, y fue mentor de numerosas generaciones de literatos, publicó libros y revistas que promovieron la literatura, el arte y la filosofía en el occidente del país.
En Crítica: ensayos y reseñas, Pedro Valderrama se da a la tarea de mostrar, a los lectores del siglo XXI, a un apasionado por la palabra que fue “incomprendido y sentenciado a un ostracismo total por parte de la mayoría de la comunidad literaria de la capital del país. ¿Los motivos? Pueden ser varios, como el hecho de jamás haber emigrado a la ciudad de México (requisito indispensable, en aquel entonces, para lograr el reconocimiento público)” Sin embargo, a pesar de la ausencia de su nombre en las historias de la literatura mexicana de los últimos tiempos, Valderrama asegura que la escritura de Rivas Sainz “es la muestra de un hacedor de textos que indagó minuciosamente en la obra de diversos escritores”, lo que indica que este ensayista fue un generoso lector de sus contemporáneos, desde López Velarde hasta Juan Rulfo y Enrique González Martínez. 
El empeño de Pedro Valderrama por sacar a la luz la obra ensayística de un predecesor suyo en el Jalisco de la mitad del siglo XX, habla tanto de las virtudes escriturales y conceptuales de Arturo Rivas Sainz como de la disposición abierta a explorar en el pasado regional del propio Valderrama. Yo comparto con el autor de la contraportada del libro, Artemio González, sus palabras de estímulo: “Pese a no ser de Jalisco este inquieto intelectual ha encabezado la vanguardia de los homenajes que merece el maestro Arturo Rivas Sainz. Yo aplaudo su labor y reconozco la valía de su trabajo”. En cierta forma, Valderrama está haciendo una labor encomiable por las letras perdidas de Jalisco. Generosidad: esa es la palabra clave.
¿Cuándo, me pregunto, habrá aquí, en Baja California, otros como él, otros que rescaten nuestro pasado literario y sus héroes olvidados en el polvoso rincón de las bibliotecas públicas y de los cuartos de tiliches? ¿Cuándo, digo, cuándo?