El más reciente título del doctor Wolfgang Vogt, en coautoría con Lourdes Celina Vázquez Parada, resulta un fresco reencuentro con la magistral obra de Juan José Arreola. El libro en cuestión, La recepción de la cultura europea en el pensamiento de Juan José Arreola (2006), está editado por
Wolfgang Vogt es un crítico e investigador de las letras de Jalisco, cuenta con una numerosa bibliografía dedicada al quehacer de la literatura regional. Anteriormente, Vogt había publicado un texto sobre otro escritor coetáneo de Arreola: Juan Rulfo y el Sur de Jalisco (1994), libro que está emparentado con el trabajo que ahora nos ocupa, pues los dos se adentran en las lecturas que ambos escritores realizaron e influyeron de manera significativa en sus obras.
La recepción… reúne impresiones del investigador alrededor del libro de entrevistas, realizadas entre 1983 y 1991, Los apuntes de Arreola en Zapotlán (2004), de otro escritor oriundo de Zapotlán El Grande, Vicente Preciado Zacarías, en donde “Juan José Arreola se presenta como un erudito profesor de literatura poseedor de una vasta cultura general, y comenta a su amigo Vicente Preciado acerca de autores y obras que para él fueron fundamentales en el desarrollo de su narrativa y pensamiento.”
La recepción… contiene ocho textos unidos a partir de la lectura del libro de Preciado Zacarías. Algunos de éstos son: “Los Apuntes de Arreola en Zapotlán, de Vicente Preciado Zacarías”, “Juan José Arreola y Juan Rulfo”, “La recepción de la obra de Arreola en Alemania”, “Los poetas preferidos de Juan José Arreola” y “La recepción de la literatura europea en la obra de Juan José Arreola”.
En “La recepción de la obra de Arreola en Alemania”, Vogt nos informa sobre el recibimiento que ha tenido la obra del escritor jalisciense en el país teutón. A través de estas páginas nos damos cuenta de la importancia que representan las breves obras de Arreola, no sólo para nuestra cultura, sino también para lectores de otras latitudes, donde ha sido comparado con otros famosos narradores latinoamericanos como Jorge Luis Borges.
En otro ensayo, da cuenta de los poetas preferidos de Arreola: Pablo Neruda, Enrique González Martínez, Carlos Pellicer y, por supuesto, Ramón López Velarde quien ocupa un lugar especial entre los favoritos del creador de Confabulario. Sin embargo, cuando se trata de la poesía vanguardista, como la del chileno Vicente Huidobro y del peruano César Vallejo, siente cierta aversión; igual sucede con la escritura de Octavio Paz. Arreola señala: “Octavio Paz es un poeta frío, no tiene inspiración. Le creyó a Paul Valéry que basta con la inteligencia para hacer poesía. La diferencia está en que Valéry aplicó la inteligencia a la inspiración”. Otro capítulo que destaca es el curioso apartado “Juan José Arreola el enólogo”, donde el investigador nos muestra y el conocimiento que el autor de La Feria poseyó desde su juventud de los buenos vinos.
La recepción… es, pues, una breve muestra del universo de Arreola. Resulta asimismo placentero conocer las lecturas que realizó en su juventud y posteriormente sirvieron como base para la edificación de sus obras maestras.