lunes, 24 de septiembre de 2012

"Gabriel Agraz García de Alba: bibliógrafo jalisciense"

                                                     


A la Mtra. Sara Velasco

Al realizar una cuidadosa revisión de los libros destinados a servir como instrumentos para el investigador y para el estudiante de letras —las bibliografías, las hemerografías, los repertorios biográficos e índices de los contenidos de suplementos y revistas culturales— nos damos cuenta de que muchas veces son insuficientes. Esto es particularmente cierto cuando se refiere a las letras jaliscienses permanecer. Aunque académicos como Celia del Palacio Montiel, responsable de un Catálogo de la Hemerografía de Jalisco (1808-1950), editado en 2006; Sara Velasco, autora de los dos tomos de Escritores jaliscienses (1982 y 1985), además de 6 volúmenes del Muestrario de letras de Jalisco, editados entre 2005 y 2007; y Ramiro Villaseñor y Villaseñor, realizador de la Bibliografía General de Jalisco, editada en cinco entregas entre 1957 y 1990, han sido los principales responsables en remediar, al menos en parte, esta situación.
Una figura que aportó valiosos trabajos fue Gabriel Agraz García de Alba, autor de una bibliografía extensa dedicada principalmente a la historia de su estado natal. Una contribución capital de su autoría es la Bibliografía de los escritores de Jalisco (UNAM, tomo I y II, 1980) —una magna obra de doce volúmenes que hasta ahora sólo han visto la luz las letras A y B— que revisa, a lo largo de 859 páginas, la vida y obra de cerca de 480 escritores oriundos de Jalisco. La obra fue realizada durante su estancia en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, entre 1966 y 1982. La vocación de Agraz por la investigación se manifestó desde una edad muy temprana. En una entrevista realizada por Elvia Alaniz Ontiveros, señala: “Empecé a investigar porque quería saber de dónde venía. Y como los individuos forman parte integral de la familia y las familias forman los pueblos, pues hay que empezar de lo particular a lo general. Ésa fue mi formación […] Yo soy autodidacto, yo no tuve oportunidad de cursar la primaria, ningún año. Una tía me enseñó a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir y es todo lo que aprendí. Mi método de investigación es el que me enseñó la vida. Así hago con las investigaciones, busco en todo el archivo y hay veces que un dato lo lleva a uno a muchas partes. A otros archivos y a saber de otros personajes.”
A pesar de que ninguna institución fuera de la UNAM llegó a apoyar la encomiable labor de este escritor para realizar y difundir su trabajo, su vocación por la investigación perduró casi hasta sus últimos días, pues fundó, en 2006, el Archivo y biblioteca de autores y temas jaliscienses, asociación civil cuyo objetivo es recuperar y difundir todo lo que tiene relación con Jalisco.
Agraz, en cuanto a la falta de patrocinios para la realización de sus investigaciones, expresa: “Yo mismo me sorprendo porque yo no tengo ingresos de ninguna naturaleza. Ninguna institución, ni pública ni privada, me ha apoyado en mi labor de investigación, sin embargo, cuando han conocido el acervo que he formado me dicen: ¿Es usted riquillo o tiene mecenas?, les digo que tengo un mecenas que me ha concedido convertir mis sueños en realidad sin tenerlos recursos, yo no me explico cómo, pero él me los ha dado”.
En conclusión, la valiosa Bibliografía de los escritores de Jalisco, esfuerzo mayúsculo por parte de Gabriel Agraz García de Alba, aún inédita en su totalidad después de más de 30 años, se encuentra actualmente archivada en algún lugar entre sus papeles, esperando su rescate y difusión por parte de instituciones como el Gobierno del Estado de Jalisco o la Universidad de Guadalajara, para que estudiosos y alumnos de letras conozcan el manantial literario que emana de esta tierra.

jueves, 20 de septiembre de 2012

"Pedro Valderrama: En busca de la crítica", entrevista publicada en la Gaceta Universitaria, de la Universidad de Guadalajara, realizada por Víctor Manuel Pazarín



                            

Con la percepción de que el crítico literario en Guadalajara es poco atendido, valorado y favorecido por los lectores, Pedro Valderrama ha incursionado en la nada fácil tarea de historiador de las letras recientes de Jalisco; sus libros van hacia esta tendencia: El perímetro de la hoja. Las revistas literarias de Guadalajara (1991-2000) y Dispersiones. Textos sobre literatura jalisciense.
Sobre el tópico, Valderrama responde: “La figura del crítico es poco valorada. Sin embargo, en nuestro estado desde el siglo pasado han aparecido figuras relevantes: en el presente está Emmanuel Carballo, y en el pasado José Luis Martínez, Adalberto Navarro Sánchez, por ejemplo. Algunos nos hemos aventurado en esa tarea”.
Advierte el escritor de Tijuana (1973) y avecindado en Guadalajara desde 1994, que en este momento la crítica juega, en relación a la literatura y las artes en general, “un rol muy importante”. “Considero que es una especie de vocación atender el género de la crítica”.
Las revistas en Guadalajara aparecen y desaparecen como por arte de magia. No obstante, en su estudio Valderrama destaca el espacio que las revistas de los años noventa del siglo pasado dedicaron a la crítica: “casi todas aceptaron reseñas de libros”. Sin dejar de mirar con claridad, Valderrama agrega: “Siempre ha sido un espacio menor dedicado a la crítica en las revistas. Al parecer la vocación de éstas es y ha sido en primer lugar la poesía, luego el cuento y poco hay de ensayo o la reseña”. “Los textos reflexivos han sido la parte minoritaria de las publicaciones, salvo en una excepción, la revista Etcétera, que se enfocó en publicar crítica y estudios literarios…”.
Revistas de los noventas
¿Los escritores crean revistas, o las revistas crean a los escritores?, pregunto y responde Valderrama: “Los escritores fundan las revistas, pero un editor puede al mismo tiempo invitar a escritores y crear a un grupo. Vuelvo al ejemplo de la revista Etcétera, que a pesar de que no fue un grupo conformado allí, en ésta colaboraron una enorme cantidad de escritores invitados; a partir de allí su propuesta, a mi modo de ver, fue muy singular”. Por otra parte: “Hay una tradición de revistas en Guadalajara, sí, pero después de hacer mi investigación descubrí que no existe realmente conocimiento, de parte de los editores, de las revistas previas a su publicación; algunos conocen sus nombres, mas casi nunca tomaron como referencia a las revistas del pasado. Por eso digo que la tradición existe, pero es por inercia que fundaron nuevas publicaciones, todas basadas en una necesidad emergente, por la aparición de nuevos autores”.
Para Pedro Valderrama las mejores revistas aparecidas en los años noventa (del siglo pasado) son Trashumancia (“que rompe con todo lo que se venía realizando en Guadalajara, y de alguna manera detona otras posteriores o contemporáneas a su existencia”); después coloca a El Zahir (“que de algún modo fue una publicación de un grupo determinado”; luego a Soberbia (“en que aparecía una grande nómina de colaboradores y fue rigurosa en cuanto al contenido”), y finalmente a Última (“en la que uno de sus mayores aportes fue rescatar la obra de escritores del pasado de Jalisco”).
“Es complicado definir —dice— los porqués del surgimiento y desaparición de las revistas. El motivo de la aparición de una publicación es dar a conocer a los autores, ofrecer sus materiales; el motivo del porqué ya no se hacen revistas impresas en la actualidad podría adjudicarse al surgimiento de los medios electrónicos. Sin embargo, hay pocas en esta categoría. Quizás es sencillamente debido a que no se ha dado un nuevo ciclo o boom, algo que sí se dio en los años noventa. Como en todo hay épocas y posiblemente los escritores de este momento no han encontrado el motivo real para darle vida y continuidad a la tradición de las revistas literarias”.
Pedro Valderrama urge a estudiar las distintas épocas de las letras jaliscienses en relación a las revistas. “En el pasado hubieron —advierte— revistas más importantes: todo giraba en derredor de las mismas, algo que nunca sucedió con las ediciones del fin del siglo XX, ni su calidad fue igual…”.