Ernesto Flores, Sara Velasco, Magdalena González Casillas, Raúl Aceves, Silvia Quezada, Pedro Valderrama y Luis Alberto Navarro, entre otros, recuperan para el registro del presente, las escrituras jaliscienses del pasado. Redescubren y exponen a la luz vidas y andanzas de autores locales, por ejemplo, del siglo XIX; o recuperan ejemplares de revistas añosas y los analizan para entregarnos resúmenes o datos de indudable valía.
El libro reúne siete ensayos de tono muy distinto. Desde los que se refieren a revistas legendarias como Et Caetera de Adalberto Navarro Sánchez, Cóatl de Ernesto Flores u Occidente que dirigió Agustín Yáñez, hasta una aproximación de la obra del aún joven poeta Alejandro Zapa. Todos los ensayos aportan su granito de arena a la recuperación y/o al registro de las letras jaliscienses. No obstante, el que se refiere a la revista Cóatl me parece particularmente importante porque muestra, a partir del registro de sus índices, el panorama literario que prevalecía en Guadalajara entre los años 1963 y 1968; es decir, la obra de toda una generación.
Bajo la batuta del maestro Ernesto Flores, Cóatl reunió a destacados autores locales como Luis Sandoval Godoy, Augusto Orea Marín, Ignacio Arriola, Donato Ruiz, Ernesto Ramos Meza y Víctor Hugo Lomelí, con voces que ya brillaban en las letras nacionales, como Homero Aridjis, Hugo Gutiérrez Vega, Helena Garro y José Emilio Pacheco, además de pintores y músicos locales, entonces jóvenes. A veces, la identidad se recupera parcialmente a través de las huellas del pasado. Este es el caso. Cóatl refleja el movimiento cultural de Jalisco en los sesenta y una parte de la imagen de aquella Guadalajara culta y hermosa y, por fortuna, nunca totalmente perdida.